Ubicado en plena sierra cordobesa y a escasos minutos del centro urbano, se sitúa nuestro centro educativo que recibe el nombre de Colegio Alauda. Siendo un colegio de no más de 300 alumnos y caracterizándose por un ámbito más que familiar, decidimos buscar solución a esos problemas que están presentes en nuestro día a día, pero que, ya sea por el estrés del que somos víctimas o simplemente porque no queremos, no somos conscientes hasta que cerramos los ojos, y dejamos a nuestra mente volar.
Primera hora de la mañana. Atasco en las cercanías del centro. Padres aparcando, dando marcha atrás. ¿Peligro? Sin duda. Puede parecer algo normal, sin duda. Algo usual y que no tiene por que presentar ninguna complicación, obviamente. Pero, ¿realmente nos hemos planteado cuáles son los peligros de esta costumbre? Y más aún, ¿alguna vez nos hemos planteado como solucionar dicha cuestión?
Dicen que hemos de tener en mente siempre una frase: "Que no nos pase que por creer que podemos hacer poco, terminemos por no hacer nada". Es esta sin duda la motivación que nos mueve a este grupo de adolescentes, que a pesar de estar pasando esa época de la vida en la que las hormonas se disparan y nuestra personalidad varía, nos planteamos soluciones, por muy absurdas o fantasiosas que sean, para ayudar a nuestro Colegio.
Desde pequeños nos hemos criado con la preocupación por parte de nuestros padres de que nos pase algo a la salida del colegio, de que nos despistemos cruzando la calle o de que un coche no nos vea cuando esté aparcando. Tenemos, aunque parezca increíble, la solución a este problema.
La idea era facilitar a los padres el momento de llevar y recoger a sus hijos al colegio, además de proteger el medio ambiente. Así, propusieron hacer grupos de padres, dependiendo de la zona de residencia, para que un solo padre pudiese recoger a alumnos que viviesen relativamente cerca de ellos. Asimismo, algunos de los alumnos de Secundaria que utilizan el autobús de línea para volver a casa, se debían comprometer a acompañar alumnos más pequeños cuyas casas se sitúan cerca de las de ellos. De esta forma, se reduciría considerablemente el número de coches que acuden al colegio, por lo que el peligro es menor al no haber atasco y la emisión de dióxido de carbono disminuiría en niveles increíbles.
Es este el principal proyecto que se propone, a pesar de diversos obstáculos, los alumnos de Bachillerato Internacional siguieron adelante para terminar con este problema, del que ellos mismos han sido víctimas, prácticamente, desde que tienen uso de razón.
